Cada día más, los equipos están formados por personas que trabajan de forma remota. Esto supone un nuevo estilo de liderazgo virtual que requiere habilidades muy específicas como un entendimiento profundo de la trans-culturalidad y liderazgo trans-generacional, auto-motivación del líder, la motivación virtual de sus integrantes, auto-disciplina, gestión de proyectos remotos, adaptación y flexibilidad, comunicación virtual, entre otros. Además, los equipos de hoy y del futuro están formados por pocas personas en funciones fijas, apoyados por colegas en otros países, consultores externos y contratistas para proyectos específicos.

La tendencia hacia el trabajo remoto y flexible hace que la auto-motivación, organización, disciplina de trabajo y auto-gestión se vuelvan habilidades esenciales para el éxito del profesional y la empresa. A su vez, las nuevas generaciones por la sobrecarga de oferta de información que tienen, necesitan motivación constante y real para mantener la atención y enfoque.

Uno de los desafí­os más importantes de la transformación digital es la creación de ambientes colaborativos, donde la inteligencia emocional y social es una habilidad clave. Estas habilidades ayudan a gestionar de forma efectiva situaciones complejas, hacer que los empleados se sientan cómodos compartiendo ideas y opiniones, mantener el optimismo y tener una actitud positiva, ganarse la confianza y lealtad de las personas (lo que aumenta la performance), gestionar el estrés y manejar más efectivamente la presión en el trabajo.

Cuando solo una pequeña parte de la población tenía acceso al conocimiento, este era una clave de diferenciación. Hoy en día, todo el mundo tiene acceso al conocimiento y la diferencia está en la curiosidad de adquirirlo y en la creatividad para aplicar lo que ya se sabe.

La comunicación, presentaciones y la capacidad de narrar historias desafían incluso a los más expertos comunicadores dado a que el formato de distribución es diferente (ambientes virtuales donde es difícil tomarle el pulso a la audiencia y mantener la atención).

El mayor desafío de la transformación digital está en que los empleados tengan capacidad de adaptarse a los cambios rápidamente, flexibilidad mental para -en ocasiones- crear esos cambios y sobretodo mucha capacidad de reinventarse puesto que sus puestos de trabajo van a cambiar varias veces en la siguiente década.

Las reglas del marketing, las ventas y la comunicación digital cambiaron muy significativamente a partir de la revolución tecnológica y las empresas tienen que adoptar rápidamente estrategias nuevas de alcance y relación con el cliente. Entre estas, la narración de historias, la simplicidad de mensajes, la velocidad e inmediatez en las decisiones.

Aunque hoy en día parezca evidente hablar de orientación al servicio, a muchas empresas tradicionales les está costando que sus empleados entiendan el concepto de poner al cliente en el centro. Por ello, consideramos que las empresas tienen que invertir en educar a sus empleados a resolver problemas de forma rápida, efectiva y humana.

La capacidad de negociar siempre fue un gran valor en las personas. Si bien las reglas del juego permanecen iguales, los medios de negociación han cambiado, dando paso a video conferencias, emails, etc. que tienen ventajas y desafíos.

Está comprobado que cuando una persona aumenta su confianza en sí misma, es un 12.5% más productiva (Clifton Strengths Finder). Una de las formas más eficaces de ayudar a los empleados a mejorar su autoconfianza es ofreciéndoles entrenamientos específicos para potenciar sus fortalezas.